Desde 2019, las madres y familias buscadoras han logrado encontrar a 1230 personas sin vida en fosas clandestinas y han localizado a 1300 personas con vida en distintas partes del país.
País: México
Según datos oficiales del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas de México, a finales de 2022 se contabilizaban más de 107.000 personas desaparecidas. Un 25% de ellas son mujeres, con la desaparición de nueve al día, lo que supone un incremento de un 10% desde 2018. (https://mexico.unwomen.org/es/stories/noticia/2022/12/madres-y-familias-buscadoras-les-quitaron-todo-hasta-el-miedo). En ese contexto, se han creado por todo el país numerosos colectivos de madres y otros familiares que buscan a personas víctimas de desaparición forzada en el marco de la llamada “guerra contra el narco”, y que luchan por el derecho a la verdad y la justicia. Algunos ejemplos son: Madres y Guerreras Buscadoras de Sonora, Mariposas Buscando Corazones y Justicia, Ángeles de pie por ti, Corazones sin Justicia, y muchos más. Estos colectivos se suman a otros ya existentes en el país desde las décadas de 1960, 1970 y 1980, como el Comité Eureka (Comité Pro-Defensa de Presos Perseguidos, Desaparecidos y Exiliados Políticos de México), compuesto por familiares de víctimas de la “guerra sucia” del Estado mexicano contra militantes de movimientos políticos de izquierda.
Una red que aglutina a muchas de las organizaciones de madres y familias buscadoras es el Movimiento por Nuestros Desaparecidos en México (MNDM), que comenzó en 2015 con el objetivo de reivindicar de forma unitaria la primera Ley General en materia de desapariciones de México, que finalmente entró en vigor el 2 de enero de 2018 (https://memoriamndm.org/sobre-el-movndmx). El MNDM está conformado en la actualidad por más de 80 colectivos de 24 estados de México y de tres países de Centroamérica.
Desde 2019, las madres y familias buscadoras han logrado encontrar a 1230 personas sin vida en fosas clandestinas. Además, han logrado localizar a 1300 personas con vida en distintas partes del país, muchas de las cuales son personas que habían sido secuestradas y maltratadas en la frontera con Estados Unidos, en su trayecto migratorio. Las madres y familias buscadoras critican que el Estado mexicano no se responsabilice de la búsqueda, lo cual en sí mismo es un acto de violencia, y que delegue esta tarea en los propios familiares de las víctimas (https://www.opendemocracy.net/es/madres-buscadoras-testimonio-drama-desaparecidos-mexico).
La búsqueda de sus seres queridos es una tarea compleja y altamente peligrosa. Como consecuencia de su organización y activismo, numerosas madres y familiares han recibido amenazas de muerte y varias han sido asesinadas, por ejemplo: Arantza Ramos Gurrola, quien buscaba a su esposo y fue asesinada en 2021 tras hacer participado en un día de búsqueda en campo en Ejido Ortiz, donde ya se han encontrado varios crematorios clandestinos y que es calificado como un lugar de “exterminio activo”. Otros ejemplos son: Rosario Lilian Rodríguez Barraza, quien buscaba a su hijo desaparecido y fue asesinada el 30 de agosto de 2022, el propio Día Internacional por las Víctimas de Desaparición Forzada; o María Carmela Vázquez, asesinada a finales de 2022 por buscar a su hijo desaparecido, y a quien antes ya habían asesinado a su hija Lesly Zuñiga Vázquez por el mismo motivo. El MNDM señala la inseguridad que viven las madres y familias buscadoras al ir donde las autoridades no quieren, y exige al Estado mexicano abrir un canal de comunicación y un espacio de trabajo para abordar el tema de la seguridad y la protección efectiva en el contexto de la búsqueda.
Imagen de portada extraída del cortometraje Sin tregua que relata la historia de algunas de madres y familiares de personas desaparecidas. Más información en la web www.memoriamndm.org.