Una vez creado el Enlace Jerusalem, mujeres palestinas e israelíes llevaron a cabo varias acciones conjuntas, como una campaña que incluyó conciertos, espacios de discusión y una manifestación en la que participaron diez mil personas.

País: Palestina e Israel

En el activismo por la paz de las mujeres en Israel y en Palestina, destaca la experiencia de El Enlace Jerusalén (Jerusalem Link). Esta iniciativa unió, a partir de 1994, a la organización de mujeres israelí Bat Shalom-The Jerusalem Women’s Action Center, de Jerusalén oeste (https://batshalom.org), y a la organización de mujeres palestinas Centro para Mujeres de Jerusalén (Marcaz al-Quds la l-Nissah), de Jerusalén este (http://www.j-c-w.org). Los primeros contactos se dieron en 1988, de forma clandestina, dado que en ese momento en ambas comunidades se prohibía y penalizaba cualquier diálogo, al entenderse este como una traición y como una forma de reconocer al enemigo. A título individual, algunas mujeres decidieron reunirse secretamente y formular unos principios básicos para el trabajo en común. Por ejemplo, estuvieron de acuerdo en el reconocimiento de los derechos nacionales y políticos, el reconocimiento de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y el rechazo a la violencia.

Una vez creado el Enlace Jerusalem, mujeres palestinas e israelíes llevaron a cabo varias acciones conjuntas, como una campaña que incluyó conciertos, espacios de discusión y una manifestación en la que participaron diez mil personas. Otro de los consensos alcanzados entre ellas fue que la ocupación israelí de Gaza y Cisjordania es ilegal y una de las causas del conflicto y de su prolongación. Esta base común permitió que realizaran actividades conjuntas en torno a la denuncia de la ocupación. Por ejemplo, el 4 de junio de 2003 se manifestaron en el puesto de control de Kalandya para demandar una paz con dignidad, libertad, justicia social y protección de los derechos humanos. Denunciaron el apartheid impuesto por Israel y su política de asesinatos, arrestos masivos, toques de queda y destrucción de casas en los territorios ocupados. El Enlace Jerusalén reclama una paz que incluya compartir Jerusalén, el desmantelamiento de los asentamientos, una solución justa a la situación de la población palestina refugiada y la inclusión de las mujeres en las conversaciones de paz. Ambas organizaciones acordaron en 2001 una Declaración de principios (https://batshalom.org/principles), que actualizaron en 2017 con una declaración adicional (https://batshalom.org/declaration).

Estos ejes de confluencia no implican que ambas organizaciones compartan el resto de visiones sobre el conflicto y su solución. De hecho, Sumaya Farhat-Naser, directora del Centro para Mujeres de Jerusalén entre 1997 y 2001, recordaba que trabajan de forma independiente, mantienen su identidad política y cultural y se caracterizan por una orientación distinta sobre el trabajo necesario para construir la paz. Al respecto, Gila Svirsky, directora de la organización Bat Shalom tras la creación del Enlace Jerusalén, expresaba de esta forma las diferencias en la motivación de unas y otras: “Las mujeres palestinas piden que discutamos sobre cuestiones políticas, mientras las israelíes quieren hacer amistades. Las mujeres israelíes participan en los grupos de diálogo con las palestinas para poder dormir mejor por las noches; las palestinas, para impedir que las israelíes se vayan a dormir tranquilas”.

La experiencia del conflicto es muy distinta para unas y otras y son conscientes de la enorme asimetría en sus condiciones de vida, todo lo cual afecta las posibilidades de establecer una relación de cooperación en igualdad. En ese marco, cobra más importancia aún el esfuerzo realizado por dialogar y definir puntos de encuentro en torno a los cuales articular acciones comunes por la paz.